Jornada laboral de cuatro días: ¿es posible?
El debate de la jornada laboral de cuatro días se puso sobre la mesa hace un par de años por parte de compañías como 4 Days Global Week. Otras, como Telefónica y Desigual, plantearon posteriormente un modelo alternativo a la propuesta original en el que se pactó una reducción de salario de un 7% (en vez de un 20%, correspondiente a la parte proporcional al día que se trabaja de menos), impulsando el concepto de jornada reducida y avivando el debate. Precisamente, el pasado 27 de Mayo tuvo lugar en la Comunidad Valenciana la primera cumbre mundial sobre la jornada laboral de cuatro días, liderando el debate a nivel internacional de la mano de expertos extranjeros, además de representantes sindicales y del Gobierno de España. En dicha cumbre se debatieron aspectos económicos, pero también tecnológicos y sociales, y diversas empresas y entidades públicas compartieron su experiencia con la semana laboral de cuatro días.
El año pasado compartimos nuestra propia experiencia, argumentando por qué somos defensores de esta medida que implantamos en 2020 y mantenemos año tras año. Entendemos que la semana laboral de cuatro días, conceptualmente, es un avance social y una oportunidad que debemos entrar a valorar tanto las compañías como los empleados. Gracias a la confianza mutua, al compromiso de todo el equipo con los objetivos globales de la compañía y la satisfacción del cliente, y un liderazgo horizontal con equipos auto-dirigidos podemos acortar la jornada laboral y extender los periodos de descanso coincidiendo con la finalización de los picos de trabajo anuales.
Esta medida de conciliación forma parte de un plan de bienestar laboral enmarcado en un contexto de responsabilidad social, junto con otras medidas como la flexibilidad para elegir tu propio horario, una jornada laboral intensiva en verano, un servicio de masajes terapéuticos, una semana laboral de 39 horas durante el año, etc. Para aplicar esta reducción de la jornada no aplicamos ningún tipo de reducción salarial ni ampliamos la jornada de trabajo durante los días laborables; sencillamente acortamos la semana a 32 horas laborables, permitiendo que nuestro equipo descanse todos los viernes del mes de Junio.
Aunque hacemos un balance muy positivo todos los veranos, seguiremos explorando nuevas fórmulas de flexibilidad dado que, a día de hoy, nuestra realidad es que los cinco días laborables siguen siendo necesarios el resto del año. Desde nuestra experiencia, y en un intento de huir de las generalizaciones, quizás sea más práctico abrir el debate y hablar sencillamente de flexibilidad laboral en vez de intentar definir un modelo rígido de jornada reducida. Hay otras opciones por explorar igualmente interesantes, como la “bolsa de horas” (al estilo nórdico) o los permisos para hacer un paréntesis para formarse o viajar con la garantía del puesto de trabajo.
Fdo: Carmela Jiménez ,
Responsable de RRHH en Exitalia International Consulting.